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Estudio de reincidencia de brotes de PRRS

El 71% de las explotaciones que reportan tener un brote de PRRS hoy volverán a reportar otro brote en los dos años siguientes. ¿Qué las hace más susceptibles?

El síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS, por sus siglas en inglés) es una enfermedad económica importante que afecta a las granjas de todo el mundo. En las granjas de reproductoras, el PRRS causa un trastorno reproductivo caracterizado por un aumento en el número de abortos, nacidos muertos, momias, repeticiones y aumento de la tasa de mortalidad antes del destete. La enfermedad afecta a las granjas de cerdas en EEUU con un patrón cíclico, que empieza entre mediados de octubre y mediados de noviembre (figura 1). Sin embargo, uno podría preguntarse si las granjas que tienen brotes durante el otoño / invierno son siempre las mismas. En este artículo se describe la frecuencia con que las granja de reproductoras de los EEUU tienen brotes reincidentes de PRRS (por ejemplo, una nueva introducción o un nuevo brote con el virus campo de la granja).

Figura 1. Número de casos semanales (puntos verdes) y media móvil ponderada exponencialmente (EWMA) (línea azul) de la proporción de granjas en riesgo que participan en el MSHMP desde 2009 hasta 2018. El umbral de la epidemia (línea roja) se calcula cada dos años y corresponde al intervalo de confianza superior del porcentaje de brotes que ocurren en la temporada de bajo riesgo (verano). Las fechas en las casillas negras indican el momento en el que la curva EWMA cruza el umbral epidémico.
Figura 1. Número de casos semanales (puntos verdes) y media móvil ponderada exponencialmente (EWMA) (línea azul) de la proporción de granjas en riesgo que participan en el MSHMP desde 2009 hasta 2018. El umbral de la epidemia (línea roja) se calcula cada dos años y corresponde al intervalo de confianza superior del porcentaje de brotes que ocurren en la temporada de bajo riesgo (verano). Las fechas en las casillas negras indican el momento en el que la curva EWMA cruza el umbral epidémico.

El Proyecto de Monitoreo de Salud Porcina de Morrison (MSHMP) es un programa voluntario financiado por el Centro americano de Información de Salud Porcina (SHIC) y dirigido por la Universidad de Minnesota. El objetivo a largo plazo de MSHMP es desarrollar un conjunto de herramientas para recopilar, monitorear y analizar datos de enfermedades en caso de que una enfermedad animal exótica o un patógeno emergente entre en EEUU. Mientras tanto, el objetivo a corto plazo de MSHMP es fomentar la participación de los productores añadiendo valor a los datos que comparten. Como parte de estos objetivos a corto plazo del MSHMP, el proyecto monitorea y analiza el estado de salud de las granjas de reproducción frente a dos de las enfermedades porcinas más importantes, el PRRS y la diarrea epidémica porcina (PED). Actualmente, los productores involucrados representan el 50% (aproximadamente 3 millones de cerdas) de la cabaña de reproductores de EEUU y comparten datos (por ejemplo, ubicación, tamaño de granja y estado de los filtros de la granja) además del estado sanitario. Los productores y los veterinarios informan semanalmente el estado sanitario de la granja de reproductoras, lo que nos permite calcular el número de casos cada semana (incidencia) y el porcentaje de granjas de cerdas en cada estado de enfermedad (prevalencia). En resumen, se informa de un brote cuando se detectan signos clínicos compatibles (abortos, mortinatos o momias y/o mortalidad de lechones) y/o se detecta una cepa diferente a la existente en la granja del virus PRRS. El estado de PRRS de la granja de cerdas se basa en las directrices de la Asociación Americana de Veterinarios de Cerdos (AASV) para clasificar las granjas (Holtkamp et al., 2011).

Como he comentado anteriormente, la curva epidémica muestra un patrón cíclico y estacional que se repite año tras año (Tousignant, 2013). Se pueden observar tendencias similares con variaciones en el inicio y la duración de la curva epidémica cuando disgregamos la incidencia por estados. Estas diferencias entre estados pueden ser el resultado de factores regionales que afectan la propagación de enfermedades como la densidad de las granjas porcinas, el clima, la topografía, la vegetación o las prácticas regionales específicas como se ha descrito anteriormente (Arruda et al., 2018). Sin embargo, algunas de las granjas ubicadas en la misma región tienen brotes más frecuentes que otras, lo que sugiere que puede haber factores específicos relacionados con las granjas porcinas.

En la base de datos MSHMP hay información de brotes de PRRS de 1018 granjas. De éstas, aproximadamente el 38% (386/1018) nunca había reportado un solo brote. Por otro lado, el 18,3% (186/1018) y el 43,8% (446/1018) de las explotaciones reportaron uno o más brotes desde el 2009, respectivamente. Mirando más específicamente a las granjas con introducciones víricas recurrentes (dos o más), se han reportado un total de 1151 brotes (2,6 brotes por granja en promedio). Cuando se calcula el tiempo entre brotes, podemos ver que el 71% de las explotaciones que reportan hoy un brote de PRRS declaran otro brote dentro de los siguientes dos años (figura 2). Pero ¿por qué el 71% de las fincas vuelve tener un brote después de un período “corto”? Los datos recopilados a través del MSHMP nos permiten investigar más a fondo los diferentes factores que podrían llevar a esas granjas a sufrir brotes con más frecuencia que otras.

Figura 2. Frecuencia de los brotes de PRRS reportadas a la base de datos del Proyecto de monitoreo de salud porcina de Morrison (MSHMP). A. Porcentaje/proporción de granjas por el número de brotes reportados desde 2009. B. Eje izquierdo: Porcentaje/Proporción de brotes consecutivos categorizados por los años entre esos brotes en la subpoblación de granjas que reportaron más de un brote. Eje derecho: Porcentaje acumulado de los pares de brotes.
Figura 2. Frecuencia de los brotes de PRRS reportadas a la base de datos del Proyecto de monitoreo de salud porcina de Morrison (MSHMP). A. Porcentaje/proporción de granjas por el número de brotes reportados desde 2009. B. Eje izquierdo: Porcentaje/Proporción de brotes consecutivos categorizados por los años entre esos brotes en la subpoblación de granjas que reportaron más de un brote. Eje derecho: Porcentaje acumulado de los pares de brotes.

El primero factor y quizás, el más importante, es la ubicación. Las granjas ubicadas en regiones de alta densidad porcina en los EEUU tienden a tener una mayor frecuencia de brotes. Por lo tanto, una granja de reproductoras rodeada por otras granjas de cerdos tendrá más riesgo de tener un brote que otra granja ubicada en una región aislada. Esto es debido a existe un mayor riesgo a medida que aumenta la proximidad a las poblaciones que pueden eliminar el virus, que puede introducirse por diferentes rutas (por ejemplo por el movimiento de animales, fómites contaminados e incluso transmisión por aire).

Un segundo factor que influye en la reincidencia de los brotes de PRRS es el manejo de la enfermedad. Las empresas que tienen animales en regiones de alto riesgo no suelen intentar eliminar el virus, ya que perciben que pueden volver a reinfectarse, lo que hace que un programa de eliminación sea financieramente difícil de justificar. Se ha estudiado que tener cierta inmunidad en la granja reduce el impacto económico frente a un nuevo brote (Linhares et al., 2015). Además, las explotaciones que optan por la eliminación del virus están en riesgo cuando introducen reposición después del período de cierre (6-8 meses). Si la enfermedad ha estado circulando por la granja sin ser detectada, con una prevalencia baja, la entrada de animales susceptibles puede desencadenar nuevamente la sintomatología de PRRS.

Y por último, pero no menos importante, el cumplimiento de la bioseguridad. Las granjas que no están implementando buenas prácticas de bioseguridad tendrán un mayor riesgo de sufrir un brote. Las granjas de reproductoras que han implementado un programa robusto de bioseguridad (por ejemplo, banco de entrada danés, duchas a la entrada y salida, lavado-desinfección-secado de camiones después de cada carga, filtración) han logrado reducir la frecuencia de brotes incluso en áreas con mucha densidad porcina. En otro estudio se evaluaron las prácticas de bioseguridad, y los resultados sugirieron que deberían priorizarse las medida relacionadas con los movimientos de los cerdos, la transmisión por aire y el agua y los movimientos de personas (Silva et al., 2018).

En general, a pesar de que el PRRS parece ser una enfermedad ubicua e inevitable en ciertas áreas, un porcentaje considerable de las granjas de reproductoras que reportan a la base de datos MSHMP han logrado evitar las introducciones virales. Las medidas relacionadas con la ubicación y la bioseguridad juegan un papel importante en la prevención de la introducción de este virus.

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